domingo, 21 de noviembre de 2010

Grecia, Irlanda,... España?



Los problemas de la deuda soberana europea no acabaron con Grecia. A los problemas de los griegos les siguieron los de los húngaros, que si bien Hungría se encuentra fuera de la eurozona, se encuentra dentro de la UE por lo que su economía se encuentra fuertemente interrelacionada con los países de la zona, especialmente con Alemania, y recientemente los de Irlanda. Ahora todas las miradas se dirigen a la Península Ibérica, la pregunta es quién será el siguiente?


Muchos economistas y analistas niegan que los problemas de Irlanda sean comparables a los de España. Lo cierto es que estos problemas tienen bastante en común. Hagamos un ejercicio de memoria; cuando comenzaron los problemas de la deuda soberana griega, pocos eran los que creían que Irlanda sería la siguiente, las dudas se centraban sobre si sería Portugal o España, e incluso algunos apuntaba a Italia. Lo cierto es que Irlanda se mostró muy resistente, y sus CDS subieron en menor medida que los de las naciones anteriormente citadas. Irlanda había hecho sus deberes, aplicó reformas estructurales y políticas orientadas a la reducción del gasto, además de no luchar contra el ajuste inmobiliario que se produjo en el momento justo con el ajuste inmobiliario global. Entonces, por qué ha caído Irlanda? Irlanda cometió el error de nacionalizar la deuda privada, es decir, hacerla propia para salvar a los bancos irlandeses, que si se realizase con cargo a presupuestos, el déficit público se dispararía a final de año hasta la escandalosa cifra del 32% del PIB.


En su momento, España hizo lo mismo con los avales al sistema financiero, que comenzaron siendo 50.000 millones de euros, y ya superan los 100.000 millones. El problema de España no son tanto los bancos, como las cajas, de las que se desconoce su situación real, pero nadie duda de que muchas de ellas están quebradas. El tamaño de la deuda y el déficit públicos de España son inferiores a los de Irlanda, pero no con mucha diferencia. En ambos países las dudas de los mercados financieros se centran en la capacidad de generación de ingresos no financieros ante un previsible estancamiento de la economía. Para JP Morgan, las cajas españolas no pueden financiarse eternamente acudiendo al BCE, , lo que representa un problema, como también los son los activos inmobiliarios de la cajas, que "apenas valen nada" y serían muy difíciles de gestionar.


El miedo es ahora el efecto congio. Las solicitudes de liquidez al BCE superan los 80.000 de euros, el 50% de su PIB, y el endeudamiento total del sistema bancario alcanza lod 650.000 millones. Para el BCE y la CE es necesario cortar por los sano un posible contagio a resto de las economías periféricas. Roubini, que advirtió ayer del efecto dominó que suponen los problemas de la deuda soberana en Europa, recalcó que la verdadera pesadilla de este escenario son los problemas de deuda de España; “Puedes intentar poner un anillo de protección a España. Puedes esencialmente intentar aportar financiación oficial a Irlanda, Portugal y Grecia durante tres años y mantenerles fuera del mercado. Quizás reestructurar su deuda en el futuro”, matizando que no había dinero suficiente dentro de los recursos con los que cuenta Europa para rescatarla. Según Roubini: “España es demasiado grande para caer, pero también es demasiado grande para ser rescatada”.

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