domingo, 30 de enero de 2011

Reforma De Las Pensiones; Parche o Solución?

Esta semana hemos sabido que el Gobierno, con el apoyo de los sindicatos y los empresarios, ha llegado a un acuerdo sobre la reforma de las pensiones. A grandes rasgos el acuerdo consiste en computar 25 años en vez de los 15 actuales para tener derecho a pensión, y para cobrar la pensión máxima habrá que cotizar 38,5 años por los 35 actuales, elevándose la edad de jubilación a los 67 años. El resultado podría resumirse en pagar más y cobrar menos, pese a las palabras del Ministro Gómez, para quién la reforma no se concibe para reducir las pensiones, sino para cotizar más.


Desde este blog siempre se ha defendido la conveniencia de pasar de un sistema de reparto a uno de capitalización. Las deficiencias del sistema de reparto son estructurales, y el acuerdo no pasa de ser un mero parche que no garantiza la supervivencia del sistema actual, al que no le queda más remedio que pagar cada vez menos y exigir más para sobrevivir. Las deficiencias que anotamos a continuación son:


1 El sistema de reparto no pasa de ser un mero sistema Ponzi; parte de una amplia base de cotizantes que realiza moderadas aportaciones para que unos pocos reciban un retorno importante. El sistema ha podido sobrevivir durante muchos años porque en demografía hay una variable inexistente en otros campos: la mortalidad, los que se quedan por el camino no cobran pensión. La variable clave en el sistema de reparto es la mortalidad, en el de capitalización el tiempo.


2 Para que el sistema sobreviva la base tiene que ser amplia; según las estadísticas del INE, el índice de la fertilidad femenina en España era de 1,43. Así mismo la edad para tener el primer hijo de las mujeres se retrasa cada vez más hasta los 30,98 años actuales. La natalidad alcanzaba su punto más bajo en 5 años con 1,38 hijos por mujer residente en España. Esta carencia en la natalidad de las españolas era compensada por las mujeres extranjeras que aportaban más hijos, pero la tendencia es a que las mujeres extrajeras adopten los hábitos locales. La coyuntura económica española no invita a tener muchos hijos, al contrario, invita a tener uno o ninguno, y cada vez más tarde. El sistema productivo español, basado en bajos salarios, abuso de la contratación temporal, con alto nivel de paro estructural (por encima del 8% en los mejores momentos de la economía española con crecimientos superiores al 3% de forma sostenida), con perspectivas negativas en la creación de empleo, y amenazando con entrar en una fase de Depresión prolongada, es un lastre para la natalidad. A este problema habría que unir el de la desestructurización familiar registrada en el alto número de divorcios frente a los matrimonios, y en el aumento de hogares unipersonales.


4 El aumento de la esperanza de vida; actualmente en 78,34 años de media en los hombres, y de 84,59 en las mujeres según el INE. La esperanza de vida sigue aumentando, y también la necesidad de cuidados a las personas mayores. El sistema Ponzi no solo falla por la base, sino también por la cúspide.


5 Finalmente, y no por ello menos importante, es sistema de reparto se basa en una promesa sin ningún compromiso vinculante, salvo la obligación moral, de prestar un servicio a cambio de las aportaciones recibidas. No existe ninguna obligación formal de hacer honor a la promesa! El Estado podría suprimir el sistema de pensiones en cualquier momento, pendiéndose todas las cotizaciones.


El sistema no soporta la presión demográfica, y menos si el empleo no acompaña. España es uno de los países en que menos compensa estudiar según la OCDE. Se valora más poner ladrillos rápidamente, con resultados inmediatos, que se ser físico nuclear, cuyas investigaciones podrían producir importantes beneficios para el país o la empresa, pero al cabo de muchos años. La fuga de talento es inevitable, mal que le pese a los “gurús” de los RR.HH. que se les llega la boca de hablar del talento y la importancia de las personas, y dejan que sea Alemania o los EE.UU. los que se beneficien de su potencial.


Consecuentemente, la viabilidad del sistema a largo plazo es nula a no ser que se acepten continuas rebajas en la prestación y aumentos en el periodo de cálculo, y retraso en la edad de jubilación acercándola más y más a la esperanza de vida. La pregunta clave no es si será o no viable el actual sistema de pensiones tras la reforma, sino cuándo quebrará. Aún más importante, porqué se empeñan los políticos en mantener un sistema inviable? Por qué no les dan a los contribuyentes la posibilidad de optar por salirse del sistema estatal y buscar uno privado? Incluso, ya que mantenemos el sistema actual, porqué no se permiten cotizaciones aceleradas que permitan compensar aquellos periodos de inactividad con aquellos de actividad?