sábado, 14 de abril de 2012

El Efecto Gaseosa

Así podríamos denominar a las macro inyecciones de liquidez llevadas a cabo por el BCE. Poco a durado su efecto apenas unos meses, para desvanecerse y dejar a las claras la dura realidad que una crisis de deuda no se arregla con más deuda. Esto que parece una perogrullada para algunos reputados inversores no lo es tanto y reclaman más deuda y más inyecciones de liquidez. En realidad, lo que está detrás es su propio interés, y el de su negocio, y no el interés colectivo. Desconfíen de aquellos que echan la culpa de sus errores a los malvados especuladores, no existen. Una vez pasada la euforia inicial del dinero gratis para todos se ve que ese dinero no llega a quién debería llegar, empresas y familias, sino que se lo llevan los estados más endeudados o se deposita en el BCE, para cobertura de posibles contingencias futuras de la banca europea. El efecto de estas dos inyecciones de liquidez del BCE ha sido perverso para Europa y ha alejado a los inversores internacionales del continente al percibir un aumento del riesgo.

Los tipos anormalmente bajos y por un periodo prolongado de tiempo fueron los que causaron esta crisis de deuda. Permitieron un apalancamiento descontrolado de las familias, empresas, y sector público, sin contemplar el riesgo ya que a esos niveles era prácticamente inexistente. Pero como no podía ser de otra manera subieron, tarde o temprano tenían que subir, y entonces se vio la realidad, que se estaba viviendo por encima de las posibilidades. Ahora se le reclama al BCE que baje tipos, esa no es la solución. La política monetaria tiene un alcance limitado, es una herramienta muy efectiva en una economía saneada, pero actualmente el problema de muchas economías europeas es sanearse. Los bajos tipos de interés están provocando un endeudamiento privado preocupante en lo que es el núcleo duro del Euro. Holanda comienza a tener problemas de déficit, y su mercado laboral ya ha perdido el pleno empleo, y en Alemania se empiezan a detectar síntomas de una posible burbuja inmobiliaria, en ciudades como Berlín se han registrado crecimientos de dos dígitos, muy por encima de la inflación, en el precio de los inmuebles.

Nos guste o nos guste la solución pasa por la contención del gasto público. Digo del gasto y no del déficit público porque este es un diferencial y se puede contener vía reducción del gasto y aumento de los ingresos. El camino ideal sería que se contuviese vía aumento de los ingresos porque crece la actividad económica, pero este no es el saso, y se quiere contener vía aumento de los ingresos se hará vía aumento de los impuestos, que deprimirá todavía más la actividad económica. La solución pasa inevitablemente por reducir el tamaño del Estado, es decir reducir el gasto en representación y no productivo, las inversiones públicas se podrían mantener de esta manera. Será la política fiscal y no la monetaria la que nos saque de esta crisis. Para ello lo primero que hay que hacer es reconocer los problemas, estudiar las soluciones, y enfrentar las acciones, que seguro que tendrán un coste político, pero hay que dejar de pedir ayuda al BCE y esperar a que escampe. El BCE solo puede posponer el problema a costa de generar otros problemas que podrían ser aún más graves.

En este blog nos sentimos orgullosos de decir lo que pensamos, libremente, y sin rendir cuentas a nadie, por eso solemos acertar en nuestros diagnósticos sobre la actualidad.Más allá de los complicados y caros modelos matemáticos está el sentido común, que se presupone que todo el mundo lo tiene, aunque sea el menos común de los sentidos. Actualmente existe abundante información en la red, tal vez en exceso, como para tomar decisiones informadas y ser capaces de entender la realidad sin que otros nos digan lo que tenemos que pensar.

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