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viernes, 7 de octubre de 2011

El Último Defensor de Trichet

Trichet se va y muchos se alegrarán, entre ellos Edouard Carmignac, quien publicó una en algunos periódicos europeos en la que afirmaba que no le echaría de menos. Se le acusa sobre todo de arrogante, por no plegarse a las exigencias de los mercados, bajo las acusaciones de agravar la crisis con su política de tipos de interés, y de no tener una participación más activa en la crisis de deuda. Sinceramente, ninguna de estas acusaciones es justa. El mandato, el único mandato del BCE, es la estabilidad de precios, y este objetivo sobradamente lo ha cumplido con éxito. Cualquier otra acusación que se la haga al BCE por no fomentar el crecimiento, es por desconocimiento de los tratados de la UE, y las atribuciones otorgadas a la autoridad monetaria. Trichet no es un arrogante sino un europeista convencido, al que le duele ver lo que la irresponsabilidad de la clase política está haciendo con Europa, centrada en el interés partidista y cuyo alcance de miras que no va más allá de las próximas elecciones. Atrás quedaron los tiempos en que grandes líderes europeos impulsaban Europa pensando en el bien común y el largo plazo.


A diferencia de los EE.UU., la UE no es un único país formado bajo la estructura de un estado federal donde la soberanía reside en el pueblo, sino una confederación de 27 países que se reservan para ellos la soberanía, en la EU la soberanía NO reside en el pueblo sino en los estados representado en el Consejo, y donde solo algunos forman parte de la moneda común. Esta diferencia es sustancial, tan evidente como invisible para muchos, los estados no le atribuyeron al BCE capacidad para estimular el crecimiento, porque vieron en el BCE a un posible competidor, y no quisieron ceder soberanía a lo que consideraban una intromisión en los asuntos nacionales. El BCE, bajo la dirección de Trichet, ha cumplido con lo que se le ha ordenado que haga. No es justo acusarle de vigilar solo la inflación con su política de tipos y olvidarse del crecimiento, cuando el crecimiento es competencia reservada en exclusiva a los estados soberanos por decisión propia. Tampoco es justo acusarle de no comprar toda la Deuda Pública que los Gobiernos habrían deseado para estabilizar su deuda nacional. La autoridad monetaria tiene este tipo de intervenciones prohibidas en su mandato fundacional, y ha sido presionado y obligado a realizarlas. El objetivo de esta prohibición era conseguir que los Estados miembros de euro se responsabilizaran de su propia deuda, y evitar que los países derrochadores se aprovecharan de los países responsables, así como poner en riesgo la moneda común. Uno de los motivos por los que Suecia no entró en el euro, pese a cumplir con los criterios de convergencia, es porque no querían desarrollar una Ley de Autonomía de su banco central, requisito obligatorio para los países miembros euro y que por extensión alcanza al BCE. Tampoco es culpa suya que al fundar el euro no se haya previsto mecanismo sancionador para países con déficits excesivos, ni la posibilidad de expulsar a un Estado del euro por no cumplir con los criterios de convergencia, al ser considerada una ofensa hacia los países en su momento, y confiarlo todo a un acuerdo entre caballeros con mediante el PEC (Pacto de Estabilidad y Crecimiento).


Actualmente la solución a la crisis, de una forma definitiva y real, pasa por la creación de Eurobonos. Alemania se opone a ellos alegando que tienen un coste excesivo para ellos, pero también parte de los países que saldrían más beneficiados. La razón no es otra que los Eurobonos sería el primer paso hacia un Tesoro y un Ministro de Hacienda común, que requeriría modificar los tratados y ceder más soberanía con carácter definitivo a la UE. Este proceso supondría, en la práctica, el inicio de la unificación de Europa, pero mientras que todos quieren dinero barato y abundante, a Europa no la quiere nadie, de ahí el rechazo a los Eurobonos.

martes, 8 de septiembre de 2009

Estamos Ante el Final de la Crisis?



Al final de las reuniones sostenidas tanto por el BCE como por la Fed, ambos organismos decidieron mantener los tipos de interés invariables. Igualmente en la posterior rueda de prensa tanto Trichet como Bernanke auguraron el final de la crisis. Sus palabras sirvieron para animar a los mercados que a partir de ese momento recobraron nuevas energías y cogieron impulso para tirar con fuerza. Pocos días después el presidente del OCDE hacía eco de sus palabras.


Hasta ahí todo bien, la crisis va a terminar pronto, seguro? Bien sus palabras fueron matizadas, aunque ignoradas por los mercados. Unas declaraciones bien estudiadas, para devolver los ánimos a los mercados, que el lo que más fácil llega a los consumidores a través de la prensa. No por ser un matiz deja de tener importancia, todo lo contrario, era la parte más importante, la recuperación iba a ser lenta. Aquí está es problema, cómo puede estar la crisis cerca de su fin y la recuperación ser lenta? Posiblemente por uso de la palabra crisis, un cajón desastre que sirve para nombra a cualquier cosa que va mal. Lo paradójico es que usando ese término tanto el que diga que la crisis está a punto de terminar, como el que diga que hay crisis para rato tiene razón.


Primero tendríamos que distinguir entre crisis, relentización, recesión, y depresión. Crisis es un comodín para cualquier situación que va mal, relentización indica que el crecimiento continúa pero a menor ritmo de lo que lo hacía anteriormente, recesión es un termino técnico que indica dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo, y depresión es un estado de la economía en el que se dan tasas de crecimiento muy bajo de la economía e incluso negativas por un largo periodo de tiempo. Entoces, en dónde estamos? Lo que parece claro, a la luz de los datos, es que la recesión a tocado fondo, y que posiblemente no repita. Es decir la recesión podría estar concluida. Pero para estar recuperados necesitaríamos estar en unas tasas de crecimiento, no ya las anteriores al estallido de la crisis, sino superiores al 2%, que es lo que permite crear empleo. Las perspectivas son de que el desempleo siga creciendo. Difícilmente podremos hablar de una recuperación sin que se recupere el empleo y tampoco se preveen esas tasas de crecimiento. Luego seguiremos en una depresión, entonces los que dicen que la crisis va para largo también tienen razón.


Ante la cantidad de analistas que apuestan por una vuelta en “V” de la economía, son una minoría los que apuestan por una vuelta en “U” o “W”, pero sus razones parecen ser muy poderosas. En este sentido su principal voz en Roubini, quien aportaba nueve razones para calmar los ánimos, añadiendo otros dos grandes peligros para que se produjese una vuelta en “W”. Roubini fue quien anticipo la crisis y sugirió las recetas para superarla, con lo cual podemos considerarle como de una opinión cualificada.


Si bien esos son los factores de riesgo yo me atrevería a sugerir un indicador que por su escasa rentabilidad este año a pasado a un segundo plano; el oro. El oro es un valor refugio al que “huyen” los inversores cuando las cosas van mal. Ignorar al oro porque ha rentado poco es hacer una lectura incorrecta del indicador. Cierto, ha rentado poco, pero su precio se mantiene cerca de máximos históricos. Si es un valor al que huyen los inversores cuando las cosas van mal, deberían salir de él cuando se espera que las cosas vayan bien. Esto es lo que nos dice la lógica. Sin embargo, esto no es lo que está sucediendo, su precio se mantiene cerca de máximos históricos. Claramente hay muchos inversores que no se creen la salida de la crisis, perdón, de la depresión.

jueves, 3 de septiembre de 2009

El Paciente Francés



Cuando Europa ha disfrutado de una economía más saneada, los tipos estaban al 4%, que es la media histórica. Ahora mismo eso no es real, pero seguro que Trichet sueña ese día, porque significará que nos hemos olvidado de las burbujas de liquidez y de sus consecuencias.


Por el momento, los tipos al 1% son adecuados. Meterse gratuitamente en la trampa de la liquidez no soluciona nada. EE.UU. está saliendo de la recesión solamente un poquito más rápido que Francia o Alemania. Con una pequeña diferencia, no es lo mismo subir los tipos del 0% al 0,5% que del 1% al 1,5%.


El peligro de que una subida de tipos, que tarde o temprano se producirá, pueda provocar otra crisis en EE.UU. es infinitamente mayor que en Europa. Por el contrario, mantenerse en la trampa de la liquidez indefinidamente es muy peligroso, que se lo pregunten a los japoneses.


Desde mi punto de vista, Trichet ha encarado la crisis mejor que Bernanke. Es muy fácil que te quieran cuando regalas el dinero, pero no tanto cuando haces lo correcto. Mientras que todo el mundo halagaba a Bernanke, Trichet recibía duras críticas por su gestión al frente de BCE. No obstante, tarde o temprano recibirá el reconocimiento que tanto se merece.


Espero que hayamos aprendido la lección, las burbujas de crédito son peores que cualquier otra burbuja. Las provoca el exceso de liquidez y sus consecuencias, o destruyen el sistema financiero lastrando la economía, o dejan una economía desolada por el exceso de deuda que asumen los gobiernos que, eventualmente, se pagará con altísimos impuestos, o renunciando a parte de las coberturas del Estado del Bienestar.